Yanet estaba sola en casa. Se había despertado de madrugada y, a pesar de su esfuerzo, no podía volver a dormir. Su corazón latía con fuerza, y una sensación de terror comenzó a apoderarse de ella. Aunque no podía ver a nadie, sentía una presencia extraña en su habitación, algo oscuro y opresivo que parecía cernirse sobre ella. Al intentar moverse, sus brazos y piernas no respondían; estaba completamente paralizada. Quería gritar, pero no podía emitir sonido alguno. El miedo la invadía. ¿Qué estaba sucediendo? ¿Quién podría ayudarla en ese momento?
Lo que parecieron horas fueron, en realidad, solo unos minutos. La presencia que había sentido, finalmente, desapareció. Sin embargo, la experiencia fue tan vívida que Yanet se preguntaba si había sido solo un sueño. ¿Fue una pesadilla o algo más? Esa duda se arraiga en el corazón de muchos que han vivido experiencias similares, luchando por discernir entre lo que es un simple producto de la mente y lo que puede ser una manifestación de fuerzas espirituales.
Este tipo de encuentros no es raro. A lo largo de mi ministerio como misionero en Chile y como pastor en varios países, he escuchado incontables relatos de creyentes que han experimentado situaciones similares a las de Yanet. Muchos, como ella, se enfrentan a lo que parece ser una batalla espiritual. Las historias que me han contado estudiantes, miembros de la congregación y otras personas en mi camino ministerial son un recordatorio constante de que, como cristianos, estamos inmersos en una guerra invisible.
De hecho, la motivación principal para escribir mi libro ‘Guerra Invisible’ nació de vivencias como la de Yanet, junto con los numerosos testimonios que he escuchado en Chile. Me hicieron reflexionar sobre la realidad de la guerra espiritual. En estos años de servicio, he visto cómo las fuerzas malignas intentan infiltrarse en nuestras vidas, tanto en los ámbitos más evidentes como en los momentos más cotidianos.
Lo que he aprendido en Chile, y en otros contextos, me ha mostrado que esta lucha espiritual no se limita a un país o una cultura. Aunque las realidades de países como los Países Bajos, Chile y Colombia difieren significativamente, las lecciones que he aprendido en mi trayectoria ministerial son universales. Las fuerzas del mal no conocen fronteras culturales, y la batalla espiritual se presenta de diferentes maneras en distintos contextos. Por eso, creo firmemente que las lecciones de mi libro pueden ser de ayuda tanto para los creyentes en América Latina como para los de Europa.
La pregunta clave para Yanet, y para todos nosotros, es: ¿Estamos preparados para enfrentar esta batalla? La respuesta no se encuentra solo en nuestras fuerzas o en nuestra lógica. La verdadera protección y victoria radican en Cristo, quien ha vencido al enemigo en la cruz.
Dr. Gerrit Vreugdenhil, Guerra Invisible, Cartago (Colombia: Presencia Ediciones), 2024