La forma en que hemos configurado el texto del Nuevo Testamento griego y el aparato crítico textual nos permiten seguir a grandes rasgos la tradición textual a lo largo de los siglos:
1. El texto griego anterior a la invención de la imprenta se encuentra representado en las pistas del aparato crítico textual: los manuscritos que hemos seleccionado se dividen en bizantinos, egipcios y otros que no pertenecen al tipo de texto bizantino o egipcio, abreviados por Byz, Eg y Ov respectivamente (para más explicaciones, véase el artículo "El texto del Nuevo Testamento").
Debajo del texto figuran los testigos de las lecturas correspondientes a la edición seleccionada. (Un testigo en este caso es un manuscrito -en un sentido más amplio también una traducción o edición- que garantiza un determinado texto, lectura o también letra por el hecho de que él mismo también exhibe ese determinado texto, lectura o letra). Los manuscritos seleccionados, que pueden variar de un libro de la Biblia a otro, se incluyen en un visión general. Siempre se mencionan cuando parece que la diferencia de texto griego ha obligado a los traductores de las once traducciones de la Biblia que figuran en la página derecha de la Biblia de Estudio a elegir entre las lecturas griegas, igualmente cuando la diferencia de texto no es visible en las once traducciones de la Biblia, pero aun así implica una diferencia significativa de significado, y además cuando el comentarista del libro bíblico en cuestión considera que una variante griega es importante para la exégesis. No se mencionan manuscritos cuando se trata de diferencias ortográficas y de colocación de palabras en un versículo sin distinción de significado, ni en el caso de diferencias gramaticales sin distinción significativa de significado.
2. El Textus Receptus (TR), que fue el texto común en los cuatro siglos posteriores a la invención de la imprenta, aproximadamente entre 1500 y 1900, se encuentra como el primer edición entre los que elegir. Se trata de la (3ª) edición Stephanus del Textus Receptus, del año 1550. Sólo se han limitado las mayúsculas a los nombres propios, y la coma al comienzo de un discurso directo ha sido sustituida por los dos puntos. Las diferencias, no muy numerosas, entre esta edición y el Textus Receptus de la edición de Elzevier de 1624 sólo se han mencionado cuando han tenido una influencia notable en el Statenvertaling de 1637, que se basa en ella.
3. La edición textual más reciente según el tipo de texto bizantino se encuentra en el aparato crítico textual representado en H-F, la designación de The Greek New Testament According to the Majority Text (El Nuevo Testamento griego según el texto mayoritario). Esta edición se preparó bajo la dirección de Z.C. Hodges y A.L. Farstad y apareció en 1982. Como su nombre indica, su texto se basa en los manuscritos mayoritarios, por lo que se encuentra edición de acuerdo con la tradición textual bizantina.
4. La crítica textual que rechazó el Textus Receptus en el siglo XIX y posteriormente se encuentra en el aparato de crítica textual resumido en N25la designación de la 25ª edición de Nestlé-edición de 1963. La principal edición de texto reciente en esta línea es N27la 27ª edición de Nestléedición de 1993. El texto griego de esta edición es idéntico al de la 26ª edición (N26). Sin embargo, el aparato crítico textual -base de la información manuscrita de la Biblia de Estudio- se ha adaptado al estado actual de la investigación textual. Las diferencias y similitudes entre N25 y N27 y, por tanto, el cambio, así como la persistencia en la concepción de ciertas lecturas y teorías relacionadas, pueden apreciarse inmediatamente.
5. La relación entre las diferencias en el texto griego y las diferencias en el texto de las traducciones enumeradas en la ventana situada a la derecha del texto griego se hace visible en el aparato crítico del texto (debajo del texto griego), en la medida en que afecta a las diferencias del texto griego enumeradas en esta Biblia de Estudio. A saber, ¿revela una traducción que ha basado la sección del texto en cuestión en un texto con una lectura correspondiente al Textus Receptus, entonces se enumera, abreviada, con los testigos del texto. Resulta que una traducción se basa en un texto que contiene una variante mencionada en esta Biblia de Estudio, se enumera, abreviada, con los testigos de dicha variante.
Resumiendo: se puede ver en el aparato crítico textual cómo el Textus Receptus (TR), la edición de Hodges y Farstad (H-F), las ediciones 25ª y 27ª de Nestlé (N25 y N27), se relacionan entre sí. Normalmente N25 y N27 serán opuestos a TR y H-F, dos contra dos, egipcio contra bizantino. Es interesante, en el caso de desviaciones de esta regla general, que sin embargo se producen con regularidad, observar qué manuscritos llevaron a las diferentes conclusiones. Además, en muchos lugares se puede ver cómo las diferencias del texto griego han provocado que las traducciones de la Biblia difieran también en el texto.
En el artículo "El texto del Nuevo Testamento" encontrará una explicación más detallada de la tradición textual y la investigación sobre el texto griego del Nuevo Testamento.
Ver también ¿Cómo determinar el valor de un texto y de una lectura variante?